Las chicas están que arden, pero los casi 40 grados de la siesta no tienen nada que ver con la temperatura de ebullición del Fans Club Historias.
El lugar de encuentro es la casa de su presidenta, Adriana Mercado, en una curva con subida de Unquillo. Ocho de las 300 fanáticas asociadas están reunidas alrededor de una pila de fotos, al pie de un televisor que repite por 10ª vez los videos del ídolo. No sorprende que sean todas mujeres, al fin y al cabo para ellas están dedicados casi todos los discos de Arjona, pero enseguida aclaran que hay varios hombres en sus filas. "Uno se tatuó en el brazo el diseño de uno de los discos", dice Mara, de 25 años, seguidora desde los 10 porque la mamá de una amiga había dejado una copia de Historias demasiado cerca del disco de Jugate conmigo.
De cerca no tienen demasiado en común, fuera de la pasión por las mismas canciones. Mara estudia lengua inglesa, Adriana es sastre, una de las dos Miryam trabaja en la escuela de enfermería y la otra en un vivero. Olga tiene una marroquinería, Mayla está en el secundario, Noel estudia psicología y Sol está de novia con un Ricardo que está celoso del otro. Un mensaje de celular, que llega con ringtone temático (el celular de una fan sólo puede sonar con Arjona), confirma el dato: "¿Tan importante es Arjona que no me podés atender?". Sol se ríe y parece que los celos la divierten.
A lugar:
Si pegarle a Arjona está de moda (cuesta encontrar comentarios periodísticos favorables a su obra y mucho menos empatía por la euforia que genera), las chicas tiran para el lado opuesto con la convicción de su fanatismo. La unión hace la fuerza y basta mencionar la causa que el guatemalteco tiene abierta en Estados Unidos por maltratos y violencia doméstica para medir la intensidad del amor que le tienen sus incondicionales.
"Son cosas que les hacen a muchos famosos, que con una foto que sale les arman un escándalo. Puede ser cierto o no. Es relativo", ataja Sol, y prefiere quedarse con la duda antes que manchar el nombre del idolatrado.
"Su vida privada es suya y nosotras la resguardamos. Nos gusta su música, el amor va por otro lado y no lo cuestionamos", agrega Mara, y de a poco se forma el acorazado. "Lo personal queda puertas adentro. Nos da lo que nos gusta, su música. Su intimidad es de él", apuntala Olga, y Adriana completa: "No puedo ser objetiva porque soy fanática, pero como estoy pendiente de su vida, me cuesta creer que alguien que se toma tanto trabajo en explicar lo que siente y lo que le pasa, trate de hacerse entender a los golpes". Mayla lo pasa en limpio: si empezás a dudar, dejás de ser fanático. "Lo defendemos a muerte, no importa lo que nos digan", palabra de Miryam.
Pochoclo de utilería:
Trabajan o estudian, o las dos cosas, hacen malabares para pagar el taxi que las reúne esta tarde, pero todas las presentes coinciden en que estaban dispuestas a poner los casi 900 pesos que cuesta el VIP del concierto, si no hubiera sido que la mayoría de las socias eligió ir a la platea de 440.
"Viene cada tres años, si te ponés a pensar no es mucho", dice Miryam, vice del club y mano derecha de Adriana, la presidenta. Juntas viajaron a ver la apertura de la gira argentina en Mendoza, a principios de mes, invitadas (sólo los boletos, el resto del viaje lo pagaron ellas) por la mánager del cantor. El peregrinaje es parte de la especie.
"En enero fuimos también a Buenos Aires, a la grabación del video de Sin ti, sin mí", apunta la presidenta. El viaje fue en enero. "Hacía 50 grados a la sombra y grabamos 11 horas seguidas", recuerda.
Viaje, alojamiento y comidas corrieron por cuenta de las chicas, que habían ganado el acceso al seleccionado de extras por un concurso en una FM.
Hicieron de público de una pelea de box entre Sabrina Garciarena y Juan Pablo Raba, arbitrada por Arjona, que al final accedió a una foto grupal que ahora es parte del tesoro común. ¿Catering? "No, agua de la canilla. En un momento apareció un paquete de pochoclo y empezamos a comer, pero tenía un gusto medio raro. Al rato la directora de escena grita por el altavoz que cuando escucháramos ‘acción’ teníamos que tirar el pochoclo para arriba. Ahí nos dimos cuenta de que era de utilería. Nos dio una vergüenza tremenda, pero estábamos todos en la misma. Eran las 3 de la tarde y teníamos un hambre que nos moríamos. Habíamos llegado a las 10 de la mañana, viajamos toda la noche y nos gastamos todo para estar ahí", cuenta Adriana.
Máximas arjonianas
Celulares temáticos. El teléfono de una fan suena siempre a Arjona. La consigna también sirve para que las seguidoras puedan identificarse en caso de emergencia.
Altares íntimos. Para recibirse de fan es imprescindible ser incondicional del ídolo. A todo o nada, las chicas de Historias dicen no aceptar que hablen mal de Arjona y prefieren respetar su privacidad.
Romper el chanchito. Como la frecuencia de las giras ronda los tres años, está permitido gastar sumas exorbitantes para verlo. El cálculo es simple: 3 años son 1.095 días. La entrada más cara cuesta esta vez 880 pesos. Con ahorrar 1 peso por día, sobra plata para taxi, remera y gorrita del show.
Primeras en la fila. Las fanáticas tienen la entrada guardada desde que salieron a la venta y en las primeras filas del show.
Días sagrados. El cumpleaños de Arjona: el 19 de enero. Aniversario del Fans Club Historias: el 21 de mayo, ya van 11. Día del Amigo: para celebrar todas las formas posibles del encuentro. Esas fechas son citas obligadas de reunión, casi siempre en Patio Olmos.
Para agendar
"5º piso tour". Ricardo Arjona en Córdoba. Viernes 30, a las 22. Estadio Córdoba. Entradas en venta en disquería Edén (Obispo Trejo y Duarte Quirós). Campo VIP $ 880. Platinum $ 440. Gold $ 330. Premium $ 275. Preferenciales$ 198. Tribunas $ 165. Platea baja $ 143. Platea alta $ 165. Platea sin numerar $ 120 y $ 99.